domingo, 4 de mayo de 2014

Quinquis y Estiradas

Eran cerca de la una del mediodía, y degustaba un riquísimo tercio de ceveza en un bar de pueblo. El subnormal del camarero, me ignoraba. Saludaba a sus coleguitas, mientras yo aguardaba 15 minutos a ser atendido. Ya sabes, un estereotipo de los tiempos actuales. Jovenzuelo de gimnasio, cuadriculado por sus cuatro costados. Pensando que por estar mazas le iba a lamer el culo. Pasado el tiempo de cortesía me dirigí a la barra para decir, BASTA. Justo en ese momento el imberbe se dirigía a mi mesa. A ver, llevo 15 minutos esperando que me sirvas, cuando tienes 3 mesas de mierda que atender. Al tipo no le gustó que yo mismo me dirigiera a la barra del bar, saltándome su servicio de pacotilla en las terrazas. A partir de entonces, trato de chuleta. Y si eres chuleta y yo no tengo razón, ole tus cojones, pero este no es el caso aprendiz de nada. Tomé mi cerveza de un modo algo apurado, buscando largarme y encontrar un bar con mejor atención. Así que fui a pagar. Cuando pedí la cuenta, el tipo agarró mi billete de 5 euros con violencia. Ehhh.....yo no soy amante de la violencia pero de ahí no vas a pasar...Me devolvió el cambio con toda educación. Y así me alejé de ese bar de mierda secas, que sirven mocos pegados en los montados de lomo. Ese bar, es el establecimiento que está en la plaza del ayuntamiento de Guadalix de La sierra, un bareto de mierdas, de pueblerinos rastreros, y de perro flautas con perros llorones, que se atesta en soleadas mañanas de domingo, no vale un pimiento ese antro, pides una ración y tratan de tangarte, sirven una puta mieda de aperitivos, y aunque no cobran caras las consumiciones, y la camarera no tiene un mal culo, no vale ni para tomar por saco....
Así es Guadalix de la Sierra, donde los moros hacen de las suyas y la policía le suda todo la polla, donde un moro apenas mayor de edad detiene su auto en medio de una calle, vacilando a toda la gente...

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