Amiga, deja de engañar a tu marido,
andas por el mundo sin vergüenza,
pides y pides,
y a cambio das cero,
es más, una vez que no te dan,
desapareces y niegas hasta los saludos.
Para lo escaso que aportas,
mejor vuelve a tu país,
y deja libre tu piso de 300 pavos para mí.
Héctor del Mar, no sabe a lo que juegas,
y él sufraga tu manutención, totalmente cegado.
Tus mega ubres son un reclamo acertado,
aunque tus caderas no estén a la altura,
y tu nariz aguileña es francamente más que horrible,
tus labios carnosos esconden una fea dentadura,
y lo más bonito que hay en tu casa,
es tu hija.
Márchate ya, que apestas el entresuelo,
y contaminas con tu música pastelosa el edificio.
Cuando tu apartamento quede vacante,
tómate la molestia de darme aviso,
porque pagar 100 euros menos al mes,
me motiva más que magrear tus tetas,
en lo más oscuro de un trastero de 3m cuadrados.
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