sábado, 6 de abril de 2013
Santa María de la Cabeza
La hermana del rubiales,
ni se como se llama,
sólo tengo el recuerdo de verla en los pasillos del Instituto.
Pantalones tejanos, envolviendo grotescos muslos,
y un chocho de esos que no caben en las bragas.
Puedo recordarla en el Chrysler del ligón del barrio,
de rodillas, mamando rabos...al son de su dorada melena.
Sus ojos grandilocuentes, amplios labios,
culo portentoso,
se que era servicial, nadie tiene que decírmelo,
simple sentido común,
Tu voluminoso conejo es una gran fantasía,
donde penes rabiosos hincan el diente,
y tu cara, no es sino la pista de aterrizaje de bestiales chorros de semen.
Vamos Eileen,
no me hagas acordarme de Almudena,
esa puta que se escapó de recibir un buen set de embestidas.
Las mujeres, siempre jodiendo mi mente,
quiero dejar de pensar en ellas,
cómo hacerlo,
sólo la historia me permitiría olvidarlas por completo.
Amar las piedras, vestigios, y hechos del pasado.
Oh Santa María de la Cabeza, he estado tan cerca de los pelos de tu chocho,
San Isidro perdió los papeles contigo por algo,
porque follabas como Dios,
ahora sólo eres un cadáver, como lo seré yo mañana,
pero si cogiese tus bragas con 9 siglos de antigüedad,
aún olería el ardor y marranadas en sus encajes......
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