Hoy sábado me pegué un madrugón....las 8 de la mañana, demasiado para mis costumbres. Quería llegar a la bola del mundo, subiendo desde Cotos a Cabeza de Hierro para luego bajar a ver la etapa de la Vuelta Ciclista...el comienzo fue prometedor. Adelanté a una pareja de excursionistas, sin problemas. Parecía todo coser y cantar. Me gratificó un nuevo descubrimiento, excelentes pozas para el baño en el arroyo de cotos. Tomo nota para cuando los calores vuelvan a hacer de las suyas. Justo hasta que se llega a la bifurcación del PR27....ahí se empiezan a joder las cosas amigos, crestones empinados, para a respirar cada 25 metros o menos....mirar hacia arriba y divisar la monstruosidad de unas montañas de 2.200 metros. Putas cabezas de Hierro. No se trata de ninguna broma, son ariscas, arropadas por pedreros detestables e importantes desniveles. Los recuerdos de la montaña siempre me resultan gratificantes, pero cuando estás en plena faena, compruebas de primera mano que el cerebro deshecha los malos recuerdos para exclusivamente pensar en positivo. Eso sumado a una cierta falta de entrenamiento me hizo pasarlas canutas. Y todo unido a la pérdida total del camino, que me obligó a saltear piorno como un rebeco encelado e improvisar el camino de modo que pudiera llegar al cordal de la cuerda larga con el menor esfuerzo posible (en diagonal). Finalmente alcancé el collado de Valdemartín. Tras una breve pausa para reponerme, abrigarme, y alimentarme...comencé el avance hasta la Bola del Mundo. Una inoportuna tormenta de granizo, me hizo dudar. No tenía más remedio que acercarme a las casetas de los operarios de la estación de Valdesquí. En la primera que topé, me dí de bruces con su puerta cerrada y su minúsculo espacio. Luego supe que hasta seis personas habían entrado en un espacio de 2 metros cuadrados huyendo de rayos y granizo del tamaño de guisantes.
Por fin di con una cabaña más acojedora. Bajo su techumbre a dos aguas era fácil protegerse del arreciante aguacero. Al poco tiempo se unieron dos excursionistas enrollados de Pinto y Sevilla la Nueva, grata compañía montañera. Comentamos temas como los de Sacedón de Canales, ese pueblo abandonado y devastado entre Villaviciosa de Odón y Sevilla La nueva. Según me informó uno de ellos, una emboscada a los franchutes durante la guerra de independencia habría sido el detonante de su destrozo por parte de las tropas de Napoleón.
Posteriormente se unieron en la caseta, otros 7 montañeros. Aparte de un señor mayor asemejado a Tony Leblanc que se incorporó al grupo de desprotegidos azotados por la lluvia sólida..
Cuando el tiempo ofreció un respiro, todos salieron zumbando. Yo preferí quedarme en solitario, a disfrutar de esa cabaña, imaginando que ese pequeño refugio se convertía en plató de pelis porno con sedientas jacas culonas voluptuosas....rubias gorditas teñidas con punzantes uñas de 10 cms....
Todo terminó con una caminata de 9 kms de vuelta al coche.....un verdadero infierno, sin agua y con el sol ocultándose por la meseta castellano leonesa. En la carretera de Cotos a Valdesquí, el olor a pino y madreselva, me volvía loco haciéndome imaginar historias de tarados....como la de la estudiante yanqui Jennifer Sheet, que vino a España a estudiar idioma castellano, y apareció cercenada en su cuello en esa misma carretera. En Invierno, ojo con esa ruta, es pasto de los más malignos entes sedientos de sangre.......
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